Matteo Ricci (1552 – 1610) fue un misionero jesuita matemático y cartógrafo italiano. Estuvo 30 años predicando en china, donde murió y fue enterrado. Llegó a dominar el idioma chino a la perfección y escribió varios libros en chino como Jiaoyou Lun (Sobre la amistad). Era partidario de introducir el cristianismo respetando las costumbres chinas que no contradijeran la fe cristiana. Al contrario que otros misioneros, buscó un encuentro entre Confucio y Jesús por lo que fue criticado por algunos jesuitas. Él mismo se puso un nombre chino Li Madou. Ricci supo ganarse el aprecio de los dirigentes chinos, aunque en algunas ocasiones fue centro de recelos de facciones chinas extremistas que no confiaban en los extranjeros. En un ataque de estos extremistas resultó herido en una pierna quedándole una cojera para el resto de su vida. Pero cuando murió se le concedió el derecho a disponer de un mausoleo, un honor que nunca antes se le había otorgado a un extranjero.